Anhelante rosa de los vientos, flor estallando en vida, iniciación exaltada en candores insinuados, quince años eternos de ternura -instantánea medular de la floresta- respiro prorrogando inocencia, soñando suspiros, caminando cielos. Soy todo y nada en este cruzar de rutas que hoy encuentro: mujer-niña, niña-niña, mujer en ciernes, mujer innegable, niña irrefutable. Busco flores, brisa, elipses en luna y sol, círculos que completen el inefable anillo primordial que me complete. Ingenua musa del trigal, tiempo imaginado de la vida, prisa y letargo, juventud propiciatoria del inicio, juego del génesis, mezcla de los días, cielo y tierra conjurados. Estoy y no, sueño y rompo en llanto, río desvelada, camino sin rumbo mientras fijo metas. Soy todo al mismo tiempo: certeza y dilema; titubeo y evidencia. Sé bien lo que quiero y no lo sé, huyo de lo cierto y me planto en la esperanza. Dualidad de dualidades, soy Bianca. Aquí y ahora. Mañana comienza otra historia. Mañana continúa la historia.
© Juan José Mestre
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