jueves, diciembre 16, 2010

PEDACITO DE CIELO

Pedacito de cielo, pelo buscando nubes, manos trémulas en la soledad que aprieta, mirada surgida desde el fondo de las  épocas, milonga triste que el piano trae como malón de madrugada, carreta de sueños que quedó allí en tus metáforas de niña con falda blanca, elipsis de estos años que ahora lloras, mañana de carnaval, otoño divagando risas, invierno gimiendo rostros, cantar de un solo verso, sonrisa en trazado leve, muchacha de andar cansino, yermo trayecto de las notas que le cantan a la pena, música inasible del abrazo que no alcanza, beso en la mejilla del hijo que a veces no comprende al tiempo, versos que intentan cubrirte pero no pueden…

A mi madre, a dos años de su muerte.


© Juan José Mestre

miércoles, diciembre 15, 2010

LAS LENGUAS DEL ESPANTO


Rara textura de naranjo en ciernes, la caricia del estío se disgrega en las rugosas lenguas del espanto. Es la estación de la vida y, sin embargo, siempre se entretiene coqueteando con la muerte. Un extraño hechizo hace que el dulce melocotón se extravíe en la hiel de las ausencias. Un beso puede que dure lo que impone la tregua de estos meses yertos hasta los Idus de Marzo, para que luego sea arrastrado por la primera hojarasca enardecida de olvido. Hacedor de romanzas tempestuosas, guarda su lugar para los ocasos consabidos. Así, ligeramente, el amor se apaga como aquella efímera cerilla que estalla  en su avidez de fuego repentino.




© Juan José Mestre


martes, diciembre 14, 2010

UN POCO DE AZAHARES

 Un poco de azahares
no vendría mal para la vista.

Con tanta espina sin flor en el desierto,
con el suelo quebradizo del sendero,
con nubes de inclemencia
bordeando las lavandas,

uno corrompe los caminos del sol
y los marchita casi adrede
por seguirle la corriente a este mundo.

En su afán de glorificar lo consabido,
se olvida lo extraordinario
de la cascada precipitando por laderas y peñascos.

Lo dicho:
un poco de azahares
no vendría mal para la vista.




 © Juan José Mestre


lunes, diciembre 13, 2010

NO SE DEBE



no se puede
no se debe
no se hace
(sí se hace)
esto de cegar
vidas humanas
sin más que
la impudicia
de esconder
la cabeza


© Juan José Mestre


jueves, diciembre 09, 2010

EL TIEMPO



Le restan doce días a la primavera. Es una transición casi de compromiso: el verano está aquí y es irremediable. La brisa fresca y húmeda de alguna lluvia pasajera se cuela en las horas primerizas. Ya veremos qué pasa. Si llueve,  tal vez el día recuerde al otoño en sus comienzos. Eso es lo que por ahora se observa. Pero nada es seguro. La mañana está en su preludio.


© Juan José Mestre


miércoles, diciembre 08, 2010

LA COMUNIÓN


No sabía de que se trataba. Veía que muchos chicos –nenas y nenes- vestían de blanco. Siguió su camino  ya en su tramo final: había trabajado toda la noche como cartonera y lo único que deseaba era dormir. Mientras regresaba de su ronda hacia la casilla, oyó a las felices risas entrar a los templos. Pero eran risas de otro mundo. Ni siquiera la inmutaron. Sólo pensó que pronto estaría dormida.


© Juan José Mestre

martes, diciembre 07, 2010

DE LOS ESPEJOS


Miró hacia los cuatro costados. El horror se manifestó como una helada fetidez que recorría todo su cuerpo. El espejo devolvió su imagen tal cual era, pero él no pudo identificarla: un simple mecanismo de defensa de su mente allanaba el relativo alivio que su conciencia pedía a gritos.



© Juan José Mestre



lunes, diciembre 06, 2010

AXIOLOGÍA


Errante místico,
celda del cosmos
que involuciona:  

nada más queda
que la nada/implosión
perenne.

Desvío orbital
que    
oprime,

sirvientes del nihilismo,
los principios declaran
tu incorruptible caída

en tiempo real y acelerando.


(la vida siempre es para los otros)





©  Juan José Mestre



viernes, diciembre 03, 2010

EL DÍA QUE COMIENZA


Luces, sombras, semitonos… mélange de vida y de muerte. Pero también de resurrección. Caos y orden que se entretejen. Una brisa fresca y el sueño que despierta… En fin: el día que recién comienza…

© Juan José Mestre


jueves, diciembre 02, 2010

PARECIERA


¡Qué bella y qué triste es la nostalgia del cielo! Pareciera que su llanto se robara los azules, que su grisácea beatitud se enquistara en los rincones del ser, que los pájaros fueran unos simples gorjeos asfixiados en la languidez de las nubes fluyendo penas. Pareciera –también- una carbonilla esbozando penas, justo cuando todo está más allá de la dimensión humana.


© Juan José Mestre