martes, enero 25, 2011

LA CAÍDA DE LOS SÍMBOLOS



 
 
El prodigioso encuentro de unas runas descifrando mares. Tarot enloquecido en los asertos. Nigromancia excluyendo embrujos. Cábala indolente que lleva a lo ilusorio del cero. Chamanes tras la puerta dimensional del olvido. El azabache de la noche que se enclaustra en el menoscabo. Tótem de agua personificando nada. Se ha traspapelado la coherencia. Hasta el anatema parece un alivio ante el desaire de los mitos. No quedan dudas: lo absolutamente nulo ha ganado la partida. 


© Juan José Mestre

domingo, enero 23, 2011

NATURALEZA MUERTA



Sólo el piano quiebra el silencio. No se percibe desde dónde llegan sus notas. Algunas claras, otras diluidas por el viento solitario y pueril del asombro retraído. Las ramas, desnudas, casi muertas, semejan cruces convulsas en el contraluz de sus siluetas. Todo es dorado, pero nada es más que oropel de mediodía. Un verde impertinente hiere el sepia de la luz que se entiende con el paisaje vislumbrado tras el ventanal. La perfección de un bucólico y atroz momento que se prolonga en un arpegio de fantasmales interiores. Nada, absolutamente nada puede quebrar la secuencia de estas luces que huyen para prolongar la agonía del próximo minuto. Paradojal destino de la naturaleza esta pericia de conjugar paz con espanto, de igualar la belleza de lo externo con la ferocidad del morir atónito por la paz y la desesperanza. 


© Juan José Mestre

sábado, enero 22, 2011

LOCOS DE AMOR


Se amaban con locura. Con una locura que iba más allá de cualquier límite. Tanto amor se profesaban que el mundo exterior era una entelequia para ellos. Cultivaban algunas verduras y hortalizas para conseguir su sustento diario. Se oía el cacareo de unas gallinas muy al fondo de su patio. Imagino que también entraban dentro de su dieta, pero nunca pude saberlo a ciencia cierta. Lo único que se podía ver de su hermosa casona, ahora derruida y con un abandono impuesto por la indiferencia, era una puerta cerrada desde siempre. Lo demás, oculto por una hiedra prodigiosa, se había convertido en uno de los puntos de referencia a la hora de organizar cualquier paseo por el pueblo: la historia de estos locos de amor despertaba toda clase de superchería e ir a corroborarla era casi la obligación de todo fin de semana. Quienes los habían visto alguna vez aseveraban que eran dos seres bellísimos, pero nunca se tuvo la certeza de ello. Los años acrecentaron de a poco el mito. Los años y la imaginación. Confieso que mil veces llamé a esa puerta. Sólo obtuve silencio como respuesta. En una época, casi obseso por esa historia que se escondía tras los muros de la casa, intenté saltar la tapia contigua con tan poca fortuna que una defensa rasgó no sólo mi pantalón, sino que atravesó también el muslo. Lo tomé como una señal y jamás lo volví a intentar. Pero siempre flota en mi mente la imagen de esos dos amantes que se olvidaron del mundo para vivir la alucinante experiencia de llegar al frenesí de contar sólo el uno para el otro. Oculto amor aceptando la entrega absoluta. Aquiescencia de la interdicción para ganar el infinito intramuros. Círculo perfecto de simbiosis. Oscuro destino, plenitud rayana al paroxismo, paz hallada en un santuario ni siquiera deseado. Enigma. Amor. Todo vuelve a comenzar cada vez que la hiedra extiende otro brazo sobre el misterio para no revelar nada más que una decrepitud apenas insinuada. 


© Juan José Mestre



jueves, enero 20, 2011

TE AMÉ DE TANTAS FORMAS...



Te amé de tantas formas... Con los cuatro elementos mixturados, con los árboles de pie, pero también caídos, entre desidias y apogeos, con menguantes y pleamares, en el fango, la cascada, el viento de tu rostro dibujando borrosas carbonillas; en las runas, en cada página no escrita, palabras que no dije, paisaje dibujado con las sombras de tu cuerpo, gozo y llanto a tu vera, equinoccios y solsticios bosquejados en las sábanas, cañaveral de miel desde el abismo, sueño de fresa, despertar de almíbar. Te amé de tantas formas... Con mi alma oscura, pero con mi alma. Todo luz y todo nube, camino en cruz pero sin rumbo, tierra estéril en tu vientre abierto, ilusión del mal en tus ojos pardos. Como supe, como pude;
te amé de cualquier forma. 


© Juan José Mestre


miércoles, enero 19, 2011

YERBABUENA




Yerbabuena
 
 
Tu sonrisa, ese grácil gesto de la menta hacia el rocío, invoca al vuelo de los mirlos en el celeste cielo que amanece. La nostalgia es un arbusto perezoso que desgarra las últimas sombras en el confín de los muslos ateridos. Una voz lejana dice que el mundo despierta. Entre ilusiones, los cuerpos se apegan a la furia de la noche. No es que no deseen el sol; es que todavía duermen la quietud posterior al éxtasis. En la transición se quedan; no piden nada más que todo siga su curso y se bosqueje en el río tu sonrisa, ese grácil gesto de la menta fresca que muere con el primer correteo de un chiquillo atrapando la alborada con asombro. 

© Juan José Mestre

martes, enero 18, 2011

El caótico invento del amor


Sólo mis sueños son comparables a la mata de tu pelo y lo ilimitado del sinfín. Tu espalda es arroyo manso cayendo hacia los meandros del río. Sacerdotisa sin deidades, ocultas el rostro entre los vitrales mortecinos de mi absurdo templo. Recorro tu cuerpo sin respiro, porque al instante tornarás esquiva hacia la luz que afuera ha estallado. Demoníaco aparecido que sencillamente quiere cerrazones, retengo un segundo bestial la desnuda penumbra de tu vello para morir con la grácil sensación de haber amado cuando mi esencia es el odio. Como Miguel, has incrustado un soplo de alivio en el infierno.


© Juan José Mestre

lunes, enero 17, 2011

PROSA DEL RUISEÑOR



Erotismo de la hierba impregnada por el sudor del alba y las simientes. Amantes locos. Lazos, muslos, piel envuelta en tomillo y luna. Gemidos quietos que buscan el descanso. Un planeta nuevo que se asombra ante el amor y lo persigue entre esferas rotas del universo anonadado. Sortilegio de la menta asolada por temblores y rocío. Penetración del cielo pleno de estrellas negras. Un ruiseñor que canta indiferente y al levantar vuelo anuncia que el sueño ha comenzado.


© Juan José Mestre

jueves, enero 13, 2011

HORIZONTE


Se confunden
las sombras
en los confines
del mundo.
Los monstruos acechan
a la mar
con negruras plúmbeas.
El hombre se ve
en cada ciclo
más minúsculo.
La huida de los dioses
 es un hecho
y no hay nada que la ciña 
a algún velamen perdido.


© Juan José Mestre

lunes, enero 10, 2011

MÁS ALLÁ





Más allá de toda la locura
más acá de toda intemperancia
estoy yo
adalid enjuto de causas nobles
para no decir nada
de lo bello o de lo triste.


© Juan José Mestre

miércoles, enero 05, 2011

LOS REYES MAGOS


Noche de Reyes. Para la Clotilda nada de magia. Solo el expiar la redonda retahíla de golpes a la que se había acostumbrado. No habrá camellos ni pastito ni regalos. Sus tíos (en realidad su abuela y un hombre que vivía con ellos) la molían a golpes y la hacían dormir en la dura frazada del suelo. Un llanto mudo se llevará su día de fiesta.  Los Reyes se olvidarán de ella tras la grisácea nube de carencias que grita de hambre.


© Juan José Mestre

lunes, enero 03, 2011

LA SECA EN ENERO

El sol es una contradicción por estas horas. Una brisa húmeda enerva aún más el soñoliento inicio de la tercera mañana de enero. La sequía está por terminar, dicen. Y uno espera que el alivio llegue, aunque tardío, a liberar  Nuestros seres de la bochornosa terquedad del verano aunque sea por unas horas…


© Juan José Mestre