viernes, mayo 28, 2010

YO VOLÉ CON ÉL

De pronto,
un gorrión
deja oír su
disonante
trino.

Viene a mí,
la lucha fiel
del recuerdo.

Alma y Vida,
Mellino
y un clamor.

(yo volé con él
yo soñé con él)




© Juan José Mestre

jueves, mayo 27, 2010

SENDA

Esta desazón que todo lo carcome
impura claridad de la mente
que se ofusca y desanda una tras otra
las trampas del destino hasta volverse
solitaria cadena de ADN es mía y me es ajena
en los rumores quejumbrosos de lo arcano


© Juan José Mestre

miércoles, mayo 26, 2010

EL FESTEJO

Fue una maza. Tal vez esta expresión de los jóvenes sea la más literal de las sensaciones que me dejó la celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Sí, fue una maza que impactaba mis sentidos, el pecho y la mente a medida que veía el desfile por televisión. No quiero ni pensar lo que sintió esa muchedumbre que estaba en las calles. No quiero pensar en el oleaje de energía que produjo esa marea humana que interactuaba con los artistas al paso de los carruajes. No quiero pensar. Quiero quedarme con ese sentimiento indescifrable, pero definitivamente feliz, que me produjo la fiesta popular de ayer. No quiero ponerla en palabras: sería limitarla, acotarla, cercenarla. Y los argentinos ya hemos padecido mucho de ello. Que cada cual se quede con su sentimiento. Me parece lo más legítimo.


© Juan José Mestre

domingo, mayo 23, 2010

STAND BY

Llueve y es domingo.
Una tenue pausa que disipa el viento.
Lo denso del paisaje
da volteretas en la penumbra
del gris amarronado.
El alma queda en suspenso.



© Juan José Mestre

sábado, mayo 22, 2010

DOSCIENTOS

Los Doscientos Años de la Revolución de Mayo nos cayeron casi inadvertidamente. Hace unos pocos días poco se hablaba del tema. Yo diría que nada. Hoy, estamos con una megafiesta en todo el país, un éxodo turístico como pocos se han dado este año y una población que poco o nada se acuerda de esa gesta. Esto por un lado. Pero para quienes sentimos al país como si fuera nuestra piel, un cosquilleo nos mueve y nos conmueve. Hay algo que renace. O, mejor dicho, se continúa y se hace visible. Como si el cinturón de fotones se hubiera centrado en la Argentina, por vez primera están los pueblos originarios visibles en Plaza de Mayo. También hay organizaciones de Defensa de los Derechos Humanos en la avenida Nueve de Julio, piqueteros, Asambleas Barriales (no me consta, pero alguna habrá), Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Internet 2.0, televisión digital, comidas típicas, rock nacional y un interminable menú de actividades para que nadie se quede con las ganas. También está la historia que supimos conseguir. Esa que nos duele y nos enorgullece. Aquella de los desencuentros y las realizaciones, la de Moreno, Lavalle, Facundo y Sarmiento, Roca y el genocidio, el ’76 y el otro genocidio, la guerra con Paraguay y la de Malvinas. Todo a flor de piel, la presidenta peleada con el intendente de Buenos Aires, y la derecha con la izquierda; unitarios y federales, San Martín y el Directorio. Todo como fue siempre: una dicotomía sangrante y salvaje que nos llevó a ser socialistas o conservadores por las buenas o las malas, De la Torre y Swift, Bordabehre o Netri en Alcorta. Toda la historia, toda. Viva, punzante, errónea y afortunada, Julio López que no aparece y Martínez de Hoz preso en cárcel común. Bien evidente, claro, con la contundencia de una epopeya. Es una república no parida del todo. Mejor: que le salgan las patas así la ponemos a caminar.




© Juan José Mestre

viernes, mayo 21, 2010

ENSAYO DE INVIERNO

Tal vez
este lánguido
transcurrir de las horas
sea no más que el preludio
de ese estallido blanco y preciso
que nos haga sentir la fría nostalgia
del sol tarareando esa canción que nadie
recuerda tras la brumosa porfía del descuido




© Juan José Mestre

jueves, mayo 20, 2010

RÚSTICO

Es una mañana inhóspita. Un paisaje agreste penetra en la piel y la devasta. Calma en apariencia, se percibe cruel esta humedad gris casi de invierno, aunque no haga frío. Quebrantahuesos como ninguno, este simulacro de tibieza se mete en el alma y la perturba. No es posible que se aleje por ahora: el gris parece impenetrable y las voces quedan suspendidas detrás del entumecimiento.



© Juan José Mestre

miércoles, mayo 19, 2010

VENTANAS

ventanas oscuras,
misteriosas,
íntimas,
sugerentes,
impúdicas,
teologales,
refulgentes,
indóciles,
pacíficas,
inquietantes,
turbadoras…

(según
sea el cristal
con que se las mire)



© Juan José Mestre

martes, mayo 18, 2010

LA ESCARCHA

El suelo escarchado juega con los rostros de la gente y los trastoca en una mueca de padecimiento detrás de las bufandas. Es una feroz ingenuidad aquella que se esconde detrás de las miradas, huidizos pasos en pos del reclamo ausente de unos patos. El sol, en tanto, dibuja un abstracto paisaje de tibieza. La rutina se convierte en la silente monotonía de los gestos.



© Juan José Mestre

lunes, mayo 17, 2010

TANGENTE

tal vez todo
se reduce
a una esencial
presencia
de azules
cargada de matices

y nos quedamos
con ellos
en la periferia





© Juan José Mestre

viernes, mayo 14, 2010

UN DESCANSO

Abrí el Word pensando en “un poemita para ir zafando”. Ahora, escribiendo esto me pregunto ¿cuánto de compromiso hay en mí para imponerme tamaña tarea de escribir algo todos los días? Hoy no tengo ganas de hacerlo y ni siquiera sé si tengo algo para decir. Sin embargo, estoy escribiendo. Y lo estoy haciendo con placer. Me siento con un poco de paz cada vez que termino un texto. Y –por hoy- voy a dejar esto aquí. Sé que mis gritos y pataleos por un mundo mejor siguen intactos. Por las dudas, dejo asentado que no claudiqué. Basta con ello por el momento. La tregua de hoy no es más que eso: un alto, una pausa, un respiro.



© Juan José Mestre

jueves, mayo 13, 2010

URBANO

Hay un cierto letargo que rehúye al viento. Helado el paisaje, conjuga con el silencio de los perros y los hombres. No se oye nada más que un lejano pasar de autos con cierta prisa. Lo demás es monotonía. Una cierta lujuria acerca más el aire a la sangre que punza con su rojo-negro al hálito tibio de una alcantarilla.



© Juan José Mestre

miércoles, mayo 12, 2010

VIENTRE

una
esfera
y otra
dentro
de ella
útero
micro
cosmos
macro
creación

los
pájaros
se han
dado
cuenta
de la
vida
que
aún
bulle



© Juan José Mestre

martes, mayo 11, 2010

EL ALBA

¿Qué es esta desazón que se diluye en lo denso de la niebla? ¿Quién es ella para hacer que escriba en gris la monótona ausencia del viento? ¿Qué he hecho yo para convertirme en asesino de verbos y adjetivos en pos de un delirio inesperado? ¿Qué es lo que hace tan atrayente al abismo imaginario para que sea una invitación a sus brazos? ¿Qué es este anquilosamiento del ser en el que se quiebran los bambúes? Nadie podrá responderme. Todo es parte del juego. Brutal acertijo que nunca se devela en el presente. Y es así que renace ese dulce tormento que es la esperanza.


© Juan José Mestre

lunes, mayo 10, 2010

IGNORANCIA

Ignorancia es la falta total de conocimiento sobre un tema. También puede ser sobre varios. Pero hay una muy brava: es aquella ignorancia supina, la que te pone anteojeras y no permite que te impregnes de tu entorno, que sepas –o por lo menos intuyas- lo que le pasa al otro, esa que no te deja actuar con el corazón, sentir que hay alguien tan valioso como tu ego y que este último debe ceder ante la primera controversia que surja entre él y la persona, animal o piedra, cualesquiera sean éstas. Ignorancia es no captar las diferencias y es de mala leche no admitirlas. Porque la igualdad no es dar a todos por igual, sino a cada uno lo suyo. Y porque, de última, no es bueno que una sociedad no conceda a las minorías sus derechos. Porque, al fin de cuentas, todos formamos parte de alguna minoría.


© Juan José Mestre

viernes, mayo 07, 2010

NO HABRÁ

No habrá
más auroras
ni soles
ni lunas
ni noches
ni nada

sólo
un ocaso
sin fin

y una espera
irrealizada





© Juan José Mestre

jueves, mayo 06, 2010

(...)

En la repetida
sinrazón de cada día
el sol no es más
que un pálido espectro
de grises alegatos.




© Juan José Mestre

miércoles, mayo 05, 2010

A ESO

A esa aventura cotidiana de inventarnos la jornada, a la cuerda que se tensa al pasar los minutos devenidos en estanques desbordados, a esa aventura cotidiana de ser uno mismo en medio de la multitud sin forma, a todos los llantos sollozados sin permitirnos lágrimas en los ojos, a esa valentía arrancada de golpe a las entrañas, a esa locura terminante que acusa el impulso vital de cada día: a eso le llamamos esperanza.


© Juan José Mestre

martes, mayo 04, 2010

ANTÍFRASIS

ir al abismo
y regresar

transfigurado


con las alas rotas
de tanto chocar

contra los muros

sin un resquicio
para aferrarse

respirar
las opresiones

y sucumbir
ante las libertades




© Juan José Mestre

lunes, mayo 03, 2010

LA VIDA PERTINAZ

La crisálida quiere abrirse;
usufructo de colores,
escuálida negación
del reposo, estalla
en un azul casi mareado
la porfía con las alas.



© Juan José Mestre

sábado, mayo 01, 2010

EL MANDAMIENTO

“Tenés que trabajar”, sentenció su padre casi como un mandato bíblico. Él, con sus seis años, ni siquiera entendió de qué se trataba. Al día siguiente lo llevaron al campo. Mientras toda su familia encaraba las más variadas labores, a él lo habían puesto a jugar. Fue divertido al principio, pero cuando se cansó y se recostó sobre la tierra húmeda, un grito y un fustazo de su padre lo asustaron mucho. “¡Seguí trabajando!”, le gritó. Confundido, se levantó y continuó con lo que estaba haciendo. Unos días después, ya sin fuerzas, caía desplomado bajo el sol picante. Así fue toda su vida: estuvo en el campo de sol a sol, día a día. Ya de viejo, oía la voz absoluta e imperativa del padre y el único mandamiento que le había legado.



© Juan José Mestre