Es una mañana inhóspita. Un paisaje agreste penetra en la piel y la devasta. Calma en apariencia, se percibe cruel esta humedad gris casi de invierno, aunque no haga frío. Quebrantahuesos como ninguno, este simulacro de tibieza se mete en el alma y la perturba. No es posible que se aleje por ahora: el gris parece impenetrable y las voces quedan suspendidas detrás del entumecimiento.
© Juan José Mestre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario