miércoles, septiembre 26, 2012

LOS TACOS ALTOS



Allá por los años setenta, mi abuela había alquilado el salón de peluquería a un zapatero remendón. Cuando oía sus pasos  presurosos y el repiqueteo de los tacos altos contra las baldosas de la vereda, sabía que era Zulema  Santos, la mamá de María Elena. Su andar era inconfundible. Caminaba rápido y a pasos cortos., con todo lo que le permitían sus piernas, bajita como era. Nunca se quedaba quieta: dejaba el calzado en manos de Don Juan  Kegalj y volvía sobre sus pasos. Yo me paraba en la puerta de calle para saludarla. “Chau Mestre”  me decía presurosa. Dueña de una alegría muy similar a la de María Elena, siempre tenía una sonrisa en los labios. Recuerdo cómo le recomendó a mi mamá que cuidara de su hija durante el viaje de egresados: ”¡Cuídeme a la nena, señora!” le pedía casi implorante. Tiempo después, me invitaron a ver Argentina- Polonia en la incipiente TV color. Como a las diez y pico, Don Tadeo, Juan José (a la  sazón novio de Mariska) y yo estábamos disfrutando del juego y bebiendo whisky.de pronto, Zulema se levanta y dice: “Vamos de la modista Nena”.  Don Tadeo  le advirtió sobre lo intempestivo de la hora, pero no hubo caso: allí fueron entre risas y bromas. A su regreso, estaban chochas por la forma en que la modista les había hecho la prueba en camisón y con un ojo medio abierto. Nunca olvidaré a esta mujer que, bajo esa fachada de desenfado, era la columna vertebral de su hogar…

© Juan José Mestre.

No hay comentarios.: