Desde chico me gustó que la Publicidad San Martín dijera que
transmitía “desde La Esmeralda del Sur”, sin saber cabalmente lo que
significaba. Es, aún lo creo, un distintivo que potencia el querido sentimiento
de sus pobladores. Es que el verde que abunda en el centro y -todavía más en
las ubérrimas tierras que lo circundan,
es un sinónimo de esperanza y riqueza. Hace unos años me preguntaron en
una entrevista y respondí que es trigal en sol, bohemia de la pampa, sueño de pioneros, fortín El
hinojo, leyenda de malones y un venado con un ojo solo advirtiendo a
la soldadesca, canto de pueblo, música de ciudad, poetas y
pintores reunidos por el vino del Café Babel, todo ruido y silencio,
industria y campo, reunión de amigos en el centro, la Revista Lote
realizando utopías en arte y cultura, cultura posmo del postmodernismo,
de inmigrantes irlandeses pero también de todos los demás, lluvia
de verano, amor en Aries, gente que viene y que va, la música de
los plátanos como en Boston, el aire que se empapa en los pulmones
y sofoca o alivia, paraíso infernal, pero paraíso; infierno quedo,
pero infierno, civilización y barbarie, canto de las cruces sobre el cielo
de las plazas. Venado Tuerto, un lugar para vivir… mas por sobre
todo, para morir consciente de las flores que regalará tu cuerpo. Sí,
reafirmo lo que dije: Venado es mi lugar en el mundo, mi verde y querido logar…
© Juan José Mestre.
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