Si es un sueño la vida,
es una sublime irrealidad rota
en los cristales.
Cuando un árbol
florece en primavera, el otoño lo adormece
en la serena cuna de dorados y grises,
justo en la plenitud de su follaje.
En el momento en que canta una calandria,
el cielo silencioso cautiva ese rito con azules abstraídos.
Todo es un perpetuo ciclo de quimeras y utopías.
Al final, sólo dos palabras cobran dimensión de vida:
esperanza y renacimiento.
© Juan José Mestre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario