viernes, mayo 19, 2006

Crepúsculo


No es que haya entregado las armas.

No quiero sustraerme al brillo de la plata.

Me niego a apartar la mirada clavada en los reflejos

del ébano,

a los vitrales ausentes,





al canto de las campanas llamando a misa,

a la tarde que colorea de opacos

la caída de los dioses,

al entrecejo que duele por tanta fijeza.



Cuando la total oscuridad me envuelva,

estaré presto a dar batalla:

catapulta de hielo será mi alma

por derrotar al maldito fulgor de tu mirada.




© Juan José Mestre

Foto: © Liliana Muente

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