A John Donne
Mito de los mitos, el hombre se escurre en raudales de sangre por la porfía de la vida. Lejanos, los espejos se rompen, solitarios. No hay nadie completo, íntegro en sí mismo, que construya puentes hacia el otro. Todo es abismo, cruel necedad en busca de nada. La bruma funde las siluetas cuando el sol alcanza el cenit. Cuando el sol alcanza el cenit, la humanidad toda se convierte en un espectro indiferente, imbuido de ostracismo. ¿Qué sentido tiene vernos como islas? No lo somos. No se oye la música suave de la tierra entre tanto egoísmo. No se ven los ojos del hermano que llora ni el mirlo se escucha con su canto. No se siente la vida entre tanta muerte. No se vive ni se muere en este ungüento insípido de huesos y vejamen. Por eso, no preguntes por quién doblan las campanas. Doblan por ti.
Cursiva: Cita de John Donne
© Juan José Mestre
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