Un cisne incierto,
una penumbra en el velamen negro de la noche,
la frialdad serena del lucero,
esa oquedad inútil al ensueño,
la demencia de los lobos que silencian
la faz oculta del amor,
el éxtasis desgarrado del cielo quejumbroso,
la magia del libro que ha perdido todos los versos,
el despeñadero taciturno que los guarda,
y esa luz amarillenta
y la nostalgia
y la tristeza
de no aprender nunca del mar
que grita con sus olas
que todo alguna vez termina.
© Juan José Mestre
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