Refugio del trigal,
humus necesario e inmanente,
manto de la niebla en tres colores,
azul,
dorado.
violeta,
imprecación de la pampa horadando cielo,
equinos al galope sobre esa ocre pavura de la hierba,
sortilegio horizontal de los confines,
piadosa apatía de los ojos
que niegan el silbar del viento
desnudando sombras
con la remota evidencia de lo hostil
y el confuso sueño de la espiga
que nunca será pan, pero siempre hambre.
© Juan José Mestre
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