Es esa inquietud que se esconde en los rincones,
aquella conmoción fatigosa de estar vivos en el embrollo
que hierve el agua de un pegote aguado y maloliente,
mentira cotidiana y machacona en las sienes
desprovistas del yelmo protector de la inconciencia.
Es esa mancha negra y depravada
que corrompe las paredes y los huesos
el último adalid de la injusticia,
el último adalid, mas el triunfante.
© Juan José Mestre
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