Un mástil sin bandera clavado como cruz manca en el lecho manso del río. La sombra busca alturas que jamás alcanzará. Simbólico, el cayado espera al nuncio de los hambrientos niños de la orilla. Como una metáfora extraviada en tanto desatino, el manto de la Virgen cubre, protector, el dulce ondear del agua que corre y corre casi sin saberlo.
© Juan José Mestre – Foto: el Tigre, Reflejos © Liliana Muente
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