Caravaggio: Narciso
Te miras, muchacho de agua,
miras y miras tu belleza impar.
El lago, celoso del cielo, refleja
tus rasgos de ensueño y de luz.
¡Es tanto el celeste!
¡Es tanto el dorado!
Refracta el espejo colores del lago
mientras, envuelto en azules,
dos musas te engañan
con versos de encanto,
para que mueras y el mito
vele el raro bosque que trae a la cítara
que en música te cante libre, serena, sin par…
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