Y cuando siento tus pasos
junto a mi lento caminar,
la vida se vuelve amable,
liviana,
y cuando nuestras manos se hacen
lazos , siento mis pies no tocar
el suelo,
y cuando tus ojos miran
los míos otoñales, la primavera
estalla en el cielo y en mi piel.
Y cuando me acaricias,
mis oídos oyen melodías
dulces, sencillas,
como si hubiera hallado contigo
el amor...
Dime que no finges, por favor...
© Juan José Mestre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario