Con toda la paz que poseo, miro el horizonte y digo que no hay más que oír los pájaros. Nada más que eso: oírlos. Éxtasis por el éxtasis mismo. Ensueño del viento, mansedumbre del río. Que nos guíen los pájaros, que nos guíen sus alas plácidas, que nos lleve la luz hacia sus nidos. Que nos nuble la vista sus colores. Y en esa ceguera matizada en los plumajes, alcanzar la libertad que nos acucia.
© Juan José Mestre
1 comentario:
bello, como siempre.
Beso sin guía.
Silsh
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