Esa dualidad de octubre en primavera. El viento fresco, el sol que calienta la tarde, el verde tierno soñando en los retoños, una tormenta repentina, el trinar de un pájaro que eriza su plumaje en la mañana, una nube que deviene en otoño al paisaje, un verano incipiente que no alcanza su cénit, la luz que todo lo descubre el amor que se brinda en retazos de colores.
© Juan José Mestre
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