viernes, octubre 29, 2010
CERRAR LOS OJOS
miércoles, octubre 27, 2010
OCTUBRE EN PRIMAVERA
martes, octubre 26, 2010
EL DÍA
Los ojos secos. El sueño inconcluso. Un leve temblor de las manos. Los pájaros silenciosos. Ese mismo silencio que acalla aún más lo sigiloso. El sol iniciando su eterno recorrido sin atajos. Si alguna vez se supo algo de antemano, hoy es el día. El día en el que todo se hace lógico en cada minuto siguiente al último minuto.
lunes, octubre 25, 2010
EL SACRAMENTO
Un canto,
el arrullo del ángel
sobre el regazo
de su madre,
la paz que da el tener
unos cuantos meses
en este plano,
el agua,
el aceite,
la cristiandad inaugurada
en la inocente mirada del domingo,
el aire que llega fresco a las naves
del templo
y la voz del cielo
que se escapa
entre los corderos devenidos
en nubes:
“Yo te bautizo Joaquín,
Yo te bautizo.”
© Juan José Mestre
sábado, octubre 23, 2010
PROSA MUERTA
© Juan José Mestre
viernes, octubre 22, 2010
LA TERTULIA
jueves, octubre 21, 2010
ESTRÉPITOS
en el viento del arcano enfurecido
(huyen los pájaros al no oír sus trinos),
mendigo de amor y sediento,
hurgo en la quebradiza estructura de la mente
toda la sangre que llegó al río
más los tormentos, la indolencia del ser
sucumbiendo bajo la guillotina impar
que no excusa ni el seco golpe del perdón.
© Juan José Mestre
miércoles, octubre 20, 2010
ES MUY FÁCIL
Es muy fácil enamorarse de estos días en los que todo está en ciernes. La vida rompe su caparazón de invierno y se regala en mil colores. Las hojas tiernas se transparentan desde la virginidad de un verde casi incorpóreo. Algunos pájaros cantan sus alabanzas de albores con esa convicción de cielo que apenas se vislumbra. Es un coro primigenio, pero de alabanzas milenarias. Todo es principio, chispazo, umbral. Ya llegará el tiempo de los frutos. Ahora, basta con respirar azahares. Ahora hay que aguardar a la vida que estalla a cada instante.
© Juan José Mestre
martes, octubre 19, 2010
GLICINAS CAEN DEL CIELO
la brisa despoja sus pétalos
en la tremenda orfandad de la tierra.
Nadie se percata del impúdico mediodía
que con la solana mata al colibrí ávido de azul
mientras Jano retoza con una cuerda de trece colores…
© Juan José Mestre
lunes, octubre 18, 2010
TIERRA SECA
viernes, octubre 15, 2010
PAISAJE CON ELEMENTOS INCIERTOS
algo inusual en el viento frío de enero,
y lo curioso de contemplar lo anodino.
© Juan José Mestre
miércoles, octubre 13, 2010
LUNA NUEVA
viernes, octubre 08, 2010
BARUJ Y YO
jueves, octubre 07, 2010
LIENZO EN NOCTURNO
miércoles, octubre 06, 2010
CENICIENTO
martes, octubre 05, 2010
Uno se acostumbra
a las partidas.
incógnita
del árbol caduco de follaje.
las horas para trocarse
prestos
fuego de las catapultas.
la ocasión del regreso.
hemos perdido buscando
en la pena de la despedida!
blanco de las azucenas
sangre de la rosa hasta hacerla
alma regocijada en lutos.
pardales, nos socavan el rostro,
larvas de légamo,
de los soles caiga anónimo,
rayos de tedio.
acostumbra.
Mestre
lunes, octubre 04, 2010
PROSA SIN NADA
Un archivo que no abre, el verso que no llega, aquella mudez del árbol clamado por su fronda y la poesía que ha ido para otros sitios. Tampoco se puede culpar a las musas: ya se sabe de su temperamento huidizo. Es ese ceniciento cielo, tan propiciatorio del nihilismo en los labios, en la mente, en la memoria inapelable del viento y del sigilo encaprichado y doliente…
( el archivo sigue
su porfía)
…armador de los
silencios.
© Juan José Mestre
sábado, octubre 02, 2010
NATURALEZA MUERTA
Sólo el piano quiebra el silencio. No se percibe desde dónde llegan sus notas. Algunas claras, otras diluidas por el viento solitario y pueril del asombro retraído. Las ramas, desnudas, casi muertas, semejan cruces convulsas en el contraluz de sus siluetas. Todo es dorado, pero nada es más que oropel de mediodía. Un verde impertinente hiere el sepia de la luz que se entiende con el paisaje vislumbrado tras el ventanal. La perfección de un bucólico y atroz momento que se prolonga en un arpegio de fantasmales interiores. Nada, absolutamente nada puede quebrar la secuencia de estas luces que huyen para prolongar la agonía del próximo minuto. Paradojal destino de la naturaleza esta pericia de conjugar paz con espanto, de igualar la belleza de lo externo con la ferocidad del morir atónito por la paz y la desesperanza.
© Juan José Mestre