martes, abril 06, 2010

DERROTERO

El espanto,
piadoso hacedor,
recorre mis días
de punta a punta.

Ni un minuto de paz.
Ni uno solo.

Es sabido que los astros
Se conjuraron aquel día:

Pusieron todo
su empeño
en enseñarme
a vivir.

No lo conseguirán
hasta mi último
minuto.

En ese instante,
frente a la muerte,
podrán decir
que algo de todo esto
le llevo al polvo:

algunas pocas
palabras escogidas,
el perfume de mi madre
y un “te amo”
jamás pronunciado.



(Los demás
dirán: ha muerto
un sabio)





© Juan José Mestre

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