viernes, marzo 17, 2006

Les diré que te recuerdo

“Cuando los ángeles pregunten por ti, les diré que te recuerdo.” Desde mis más lejanos años había escuchado esta frase en los labios de mi abuelo. En árabe adquiría una ternura cautivadora. Apenas dos estrofas de una antigua canción libanesa que seguramente había perdido en su bagaje de inmigrante. Las pronunciaba casi pudorosamente, como un rezo inacabado, lamentación atávica de tanto exilio.

Los años fueron aquietando los recuerdos y en esa duermevela de la mente quedaron refugiados. Un día de mediados de los setenta, en pleno otoño y con la pachorra de la siesta sobre mis hombros, caminaba yo por las calles de Rosario mirando en las librerías aquello que se vendía como oferta.

No sé por qué me detuve en una mesa donde se exhibían libros viejos, justo enfrente de uno que estaba al lado de La Metamorfosis de Kafka. Tenía tapas rosadas y su título hizo un tumulto en mi alma: “Les diré que te recuerdo”, de Wiliam Peter Blatty.

Lo tomé en mis manos temblorosas, pagué los pocos pesos que valía y me senté, conmocionado, en un banco de la peatonal Córdoba a hojear aquel tesoro de tres monedas. Al autor lo conocía por El Exorcista -¿quién no?-, pero en sus páginas me aguardaba la más excepcional biografía de mi abuelo hecho madre de un escritor norteamericano.

De eso trata el libro: una amorosa mujer libanesa que se desangra por el amor a su hijo. Todos los detalles, por nimios que sean, son un calco de la vida y las acciones de ese hombre que fue mi amigo cuando yo no los tenía.

Lo he leído cientos de veces hasta que creí que debía dejarlo descansar junto al sueño del abuelo. Hoy está casi intacto en la mesa de noche de mi madre. Digno lugar para vivificar recuerdos de esa juventud que aún hoy vuelve de paseo y se queda un rato, juguetona, displicente en su sutil melancolía.

© Juan José Mestre

4 comentarios:

emedeamar dijo...

no he resistido a hacer enlace de este texto tuyo
en mi blog
donde también puse la derivación que hice

sobretodo
decirte, Mestre
que es un halago leervosssss

:-)
mt

Anónimo dijo...

Lei el libro hace unos 20 anios y es la descripcion de mi abuela que sin ser libanesa, fue igualmente una madre luchadora, ocurrente y jamas se daba por vencida y como mi madre dice "Ella es mi personaje inolvidable"
Saludos

Lui lane dijo...

hermoso libro, las tantas veces que lo leí no pude más que soltar algunas lagrimitas y ciertas risas perdidas...
es tan tierno, tan amoroso, tan cómico tan, tan... tan todo!
ahora su lugar es mi biblioteca que con mis 15 años de vida igual es grande :)
viva la lectura, viva los que leen, viva los que escriben... viva Wiliam Peter Blatty y su obra más tierna!
lu

Clarita dijo...

Es lo maravilloso de leer un libro bello, los que lo leen y lo siguen escribiendo con sus bellos comentarios, como dijo lui: viva la lectura,viva los que leen!