es la templanza del Tiempo
aquella glosa que escribíamos
cuando todavía sobraba algún
retoño con el amor puro
y la noche jugaba su canción de grillos
-o elegía o grito redentor de de sueños-
entre los sarmientos
y ese vino que se sabía resguardar
en el silencio cómplce
de lo prohibido
© Juan José Mestre
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