Todo aparece como un amarillo anaranjado en este amanecer. El frío le da más brillo. es un cielo bello, como siempre es el cielo. Los gorriones todavía no se escuchan. Aún no es su tiempo. Pero hay un resplandor que presagia un buen día. Unas pocas nubes agregan su tonos plateados. El murmullo del pueblo hace como que despierta. Los autos pasan con premura. Es algo que no puede evitarse. Con todo lo extraordinario que pueda pasar, no escaparemos de una rutina que pesa como siempre, cuando se refleja un lago quieto en el Sol horizontal de estas horas.
© Juan José Mestre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario