lunes, noviembre 05, 2012

HAY EL AZUL



hay el canto y la locura
el milagro y el misterio
de la brisa y de la niebla

hay un sollozo y hay la vida
incrustada en los espejos
(narcisista en el atisbo receloso)
del espacio
que puede hacerle sombra
en el umbral del Tiempo

hay un inicio
un final
un entretanto

la sangre de Dios
el arte
esa melancolía por lo excelso

que muere en aras de un responso
–vitral encendido en soles–
cuando el azul

vuelve al lógico desvarío de ser aguamarina tácita en el adagio

© Juan José Mestre – “Indicios”,  pág.   109 


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