lunes, octubre 15, 2012

MARÍA CECILIA




Llegaba todos los viernes a la reunión en la casa de Marta Porri, y se sentaba a mi lado. Desde ese momento, permanecíamos abrazados hasta el  final. Delicada, muy femenina, su riquísimo perfume que invadía todo el lugar, su voz suave engalanada con palabras medidas, su mirada como ausentes, denotaban una sensibilidad exquisita. Sensibilidad que se trasuntaba en su excelente gusto musical. Y lo compartía, porque me regalaba un cassette cada semana. Además de grupo, estábamos en contacto todos días: por la mañana, nos saludábamos por mail. En las meditaciones estaba pendiente de mí y siempre me ayudaba a levantarme de la  alfombra. Admiro aún hoy su silencioso recogimiento, casi como si no tuvi era nada que decir, del grupo, es la única amiga que conservo. Siempre estuvo conmigo, incluso en el tiempo que nos perdimos el rastro. María Cecilia Serrani es una persona muy importante en mi vida. Me enseñó cómo se puede seguir siendo amigo a pesar de la distancia.

© Juan José Mestre.

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