martes, abril 05, 2011

EL POETA Y LA LLUVIA




Abocado a la ímproba tarea escribir sobre la lluvia, olvidó las ventanas y el temporal, que se eternizaba en la penuria del desastre, seguía su derrotero cruel, orgiástico estampido líquido sobre los inundados. Mientras la lucha por sobrevivir pasaba por la cabeza de hombres y animales –irracionales unos y otros, víctimas de la política en su desidia y del clima desbocado por lo humano-, él continuaba garrapateando versos fútiles a una lluvia que ya no era ni mansa ni alimentaba bohemia alguna.


eres bella
como la lluvia bella
ozono de amor
entre las azucenas


Y así seguía, ensimismado en la belleza, sin percatarse de lo monstruoso que pueden ser los elementos desquiciados.

¡vestal líquida!
piadosa virginidad en los rostros,
delicioso maná para saciar
la sed fogosa de los labios
y la ardiente lascivia de las lenguas…


Escribía sin parar, apremiante impulso hacia esa bucólica perfección del verso. Lo distrajo por un instante una gota inesperada sobre el papel y una pátina húmeda que se deslizaba debajo de sus suelas. Pero no se detuvo.


© Juan José Mestre

1 comentario:

Mariola López dijo...

Nada ocurre por que si, todo ---hasta la lluvia-- tiene un sentido en el entorno de la naturaleza y de nosotros.
Ha sido un gran placer pasar y leerte un abrazo