martes, febrero 15, 2011

EL REY Y LOS SUEÑOS



 
 
Su Majestad había tenido un mal sueño. Concretamente, había abdicado. Despertó con una sensación extraña. Era el desasosiego propio del que ha sido desalojado, cosa impensada para alguno de su condición. Colérico, llamó a su primer ministro. Le ordenó que prohibiera tales pesadillas. Este le dijo que no se podía hacer tal cosa, que a lo sumo se podía dictar un decreto proscribiendo todos los sueños, agradables o no.”¡Hazlo de inmediato!” fue la orden terminante. El día transcurrió apacible, los súbditos ni se dieron por enterados, la prensa casi ni lo había destacado. Así, el Rey se durmió esa noche tranquilamente, sin temor a las pesadillas ni a los sobresaltos. Al despertar a la mañana siguiente bajó adormilado de su cama, con terror se vio a sí mismo en caída libre. En su desesperación, buscó algo de qué asirse. Sólo su lecho se veía cada vez más lejano en un vacío desconcertante que nada tenía que ver con su reino. Gritó, pero ni él escuchó el alarido. Quiso despertarse, mas estaba efectivamente despierto. Cuando apeló a algún sueño, un cartel de prohibido apareció ante sus ojos. El estúpido ministro no aparecía por ninguna parte... 


© Juan José Mestre

No hay comentarios.: