lunes, marzo 15, 2010

ROSJOS (VI)

Agobio. En el rojo de los ceibos también puede haber agobio. Como el río se sofoca en su propio cauce. La noche es lo más semejante a lo rojizo en su tonalidad de sombras. Los símbolos enrojecen al ver caer por siempre su significado. La sangre coagulada se vuelve negra; espesa, pringosa coloración de muerte. La rosa de los vientos pierde su rumbo en la aguaza púrpura del final.
Nada.
Todo.
Es lo mismo.
La totalidad de la nada se cierne sobre el hombre, encarnecida.




© Juan José Mestre

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