sábado, junio 18, 2011

DESOLACIÓN DE LA PLUMA






...Hoy, 18 de junio del año del Señor 2011, declaro y manifiesto que el único suceso fehaciente que pude comprobar es la niebla tenaz creando duendes en la imaginación furtiva de un cielo abjurando pájaros. Lo demás, hechizo desguarneciendo sueños, no es más que una luna roja en mitad de la mañana. Desorbitado, el ser se convierte en aquelarre desmedido por la pena. Algún que otro fantasma cruza la calle y se parece a uno de mis muertos. No queda nada por mirar, salvo el etéreo dulzor de un trivial beso que una pareja intenta sólo para saber si todavía siente el frío de sus labios. Describir la nada es justamente eso y no otra cosa. Bien podría convertirse esto en una hoja en blanco. Vacío; tules de un horizonte interno que busca refugio en algún espejo esmerilado. Nulidad de los sentidos que, por absortos, están atentos para captar la doliente clausura de los soles. Juan de Patmos grita revelaciones que el paisaje crepuscular del mediodía desmiente en mis retinas. Apático, abandono la tarea de escribir. Tal vez, dentro de esta cuadrícula que es mi existencia, todavía quede una brizna de luz para mañana.


© Juan José Mestre

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