lunes, mayo 08, 2006

Baruj y yo

Descuajado de la vida y de la muerte,

voy como Baruj,

hacia el olvido.


Herético él como ninguno,

me acompaña con su expiación

del día a día.


El peor de los yerros fue perpetrado:

ser fieles a lo que los demás no aceptan.


Es por los demás

-precisamente-

que vamos hacia el estertor postrero,

en calma y sin batallas.


Que hagan cuantas tumbas quieran;

¡no nos pertenecen, no son nuestras!

tal como les toca a los descastados.



© Juan José Mestre.

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